Cuaderno de Sefarad

A través de los años se han ido incorporando imágenes a este cuaderno, un cuaderno donde se han acumulado las miradas de una búsqueda en el tiempo y en la memoria; esa memoria que de algún modo se va diluyendo y que puede quedar fijada de un modo frágil, inseguro, en los espacios donde nacieron, deambularon o quedaron impregnados, cuan pátina, en la atmósfera de los lugares.

Una búsqueda de más de doce años tras las huellas de esa Sefarad repartida en toda la Península, de esa España que tuvieron que abandonar los hispanojudíos en 1492 a raíz de la expulsión y de la diáspora que iniciaron y que les llevó a múltiples exilios donde volvieron a dar forma a sus vidas y con esa melancolía y desasosiego por la tierra perdida que siempre llevaron en sus tradiciones, en sus corazones y en su modo de ser, como sefardíes, a través de su particular idiosincrasia: gastronomía, cancioneros, costumbres, religiosidad y esa bella lengua que se llevaron consigo, ese castellano del siglo XVI, que durante más de cinco siglos mantuvieron como una señal de identidad, como una llama que no se podía apagar y que fue nexo de unión de esa comunidad a través del judeo-español.

“Las lealtades de los sefardíes resultaban bastante complicadas. Eran judíos creyentes, para los que su comunidad religiosa significaba mucho y constituía, sin exagerar, el centro de sus vidas. Pero se creían judíos de un tipo especial, y eso tenía que ver con su tradición española. En el curso de los siglos, desde su expulsión, el español que hablaban entre sí había cambiado muy poco. Algunas palabras turcas habían entrado en la lengua, pero eran reconocibles como tales, y casi siempre había también términos españoles para ellas. Las primeras canciones infantiles que escuché eran españolas, oí viejos romances españoles, pero lo más fuerte y para un niño lo más irresistible era el talante español”. La Lengua Salvada (Elías Canetti, Debolsillo Comtemporánea, Edición Septiembre 2011)

Localización: España, Portugal, Turquía, Bosnia-Herzegovina, Marruecos y Cuba